lunes, 27 de julio de 2009

Los fundamentales

Me queda tanto por leer que a veces pienso que voy a tener que dejar algunos libros para mi próxima vida. No me gustaría, eso sí, agotar ésta sin haber trasegado los fundamentales. Los fundamentales son alrededor de doscientos, puede que alguno más. La mayoría ya han sido pasto, aunque una buena parte merecería refresco. Me admira esa gente que tiene la capacidad de leer un libro y empaparlo, como si en lugar de leerlo se lo estudiaran. Da la impresión de que lo hicieran por si alguien, alguna vez, les pregunta; o por si en alguna ocasión surge la oportunidad de lucir lo mucho y bien que hemos leído en nuestra vida. Borges decía que se sentía más orgulloso de lo que había leído que de lo que había escrito. Eso es fácil de decir... cuando uno se llama Jorge Luis Borges y se sabe maestro de maestros.

A veces paso por delante de los vasares de la biblioteca de casa y me paro ante un libro que no es, en principio, un fundamental contrastado ni reconocido. Por alguna razón el libro te llama y te acercas. Lo cojes, te pones a ojearlo o, simplemente, a hojearlo, y de repente descubres que hay algo interesante allí. Comienza entonces la lectura. La lectura es como un viaje sin hotel ni coche de alquiler previamente contratados. Toda una aventura. A priori no sabes si ese libro te llevará a algún lado o te abandonará en cualquier desierto de palabras o en un mar de aburrimientos. La lectura incierta es un nadar incierto.

Estoy con uno de Laurent Gaudé que me recuerda mucho, no sé por qué, al Pedro Páramo de Rulfo. No sé si es que en alguna ocasión lo he abierto antes y me he puesto a leer algunas páginas. El libro y lo que cuenta me resultan familiares. Está bien escrito. Promete. Ya se sabe que no sólo de fundamentales vive el hombre. "El sol de los Scorta" se titula. Ya contaré si la aventura tuvo final feliz o no.

3 comentarios:

Ernesto Laguna dijo...

¡Cuánta razón hay en tus palabras!
Iniciar una lectura se parece tanto a comenzar una nueva relación humana, que en ocasiones provoca sonrojo en uno mismo, a solas, el pensamiento de esa intimidad con el libro... ojalá tengas suerte, a mí hoy me ha abordado "El hacedor de silencio" de di Benedetto en un instante desprevenido. No sé cómo acabaremos...

Ernesto Laguna dijo...

Gracias a tus palabras, he repescado esta cosilla que lleva años dormitando.
http://ritualsombrio.blogspot.com/2009/08/bajo-la-piel-de-la-realidad.html

Memento mori dijo...

Perdón, Ernesto, se me olvidó darte las gracias públicamente por tus comentarios que agradezco, profunda y profusamente.