miércoles, 1 de abril de 2009
El libro de la vida
Lejos del sentido teológico que esconde el concepto "el libro de la vida" (vid. La Biblia, Éxodo, 32, 32) a veces, cuando ando por casa, me asalta la duda de si la vida será una especie de libro en marcha, como uno de esos diarios de Trapiello, que fuéramos escribiendo y leyendo en tiempo real. En ese diario-libro (o libro-diario) está escrito todo y allí sucede todo lo que nos sucede. Filósofos antiguos como Demócirto y Leucipo llamaron a esto determinismo, yo simplemente lo llamo literatura aplicada a la vida de cada cual. Y, como en toda literatura, también en este día a día que llamamos tiempo y presente hay libros mejores y peores, como hay vidas mejores y peores; los hay más largos y los hay de apenas una línea, como El Dinosaurio de Monterroso, los hay románticos y los hay trágicos; los hay en verso y los hay en prosa, como hay vidas que son pura poesía y vidas que, de tan prosaicas, aburren soberanamente... En fin, que no sé por qué -o sí, quién sabe- hoy me he puesto a pensar en esto. Tal vez porque ayer escribí una pagina más en el libro de mi vida, y me gustó hacerlo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Cada día se abre el libro de las oportunidades, nosotros podemos elegir, es cierto que hay ocasiones en las que parece que no tenemos elección, pero la mayoría son excusas, hay que ser valientes. Un saludo, Begoña.
Publicar un comentario