
Me ocurre cada vez que la escucho. No sé qué tiene esta música que me conmueve. Un abismo de paz interior, quizá. Es el Joy de George Winston, de un disco titulado December. No acierto a explicar -ni quiero- la sensación que me produce. Quizá sea algo de aquello que escribió Lope a propósito del amor: quien lo probó lo sabe...
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