Ayer estuve escuchando a José María Álvarez. Éramos pocos y como despistados. No habló de su "Ardentísima", pero esbozó en cuatro brochazos finos buena parte de su vida: Venecia, París, Estambul, Jimmy Carter, Onetti, Ezra Pound... También habló de su traducción de Kavafis que, al parecer y a su parecer, es una de las mejores en lengua castellana. Me gustó porque José María Álvarez ha tenido la suerte de vivir esa vida que a mí me hubiera gustado vivir: viajes, literatura, encuentros y trato personal con hombres que son y han hecho historia... y París. ¡Coño, cómo me hubiera gustado a mí vivir en París! Claro que, a mí me quedan treinta años para cogerle y ¿quién sabe?, a lo mejor todavía me queda París... Has visto el tiempo en las aguas.
Y lo que amabas, lo que respetabas, flota
como desperdicios en el oleaje.
Piensa en Shakespeare.
Recuerda qué hermosa es esta Piazza
para morir.
martes, 5 de mayo de 2009
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